
Los telares vuelven a funcionar para explicar el antiguo oficio y el patrimonio industrial
Quizás ya no es una actividad rentable económicamente, pero vale la pena preservar este patrimonio industrial como un nuevo atractivo turístico. El taller de mantas de Senterada, que llegó a dar trabajo a una quincena de personas, reabre después de 50 años.
La fábrica de mantas de Senterada (Pallars Jussà) abasteció de estos artículos al Pallars Jussà, al Pallars Sobirà y parte de la Noguera durante un siglo. Funcionó desde 1876 hasta mediados de 1970. Poco a poco la maquinaria fue quedando obsoleta y la fabricación de mantas ya no era rentable y cerró. Ahora, cincuenta años después de ese cierre, vuelve a reabrir sus puertas para mostrar este patrimonio industrial y explicar el oficio con visitas guiadas. Los visitantes pueden ver desde un telar del siglo XVIII, un urdimbre único o una rueda hidráulica de madera, de las más grandes que se conserva en Catalunya, que servía para proporcionar la fuerza a las máquinas.
Senterada, situada en la Vall Fosca, es un paraíso para los amantes de la naturaleza y para realizar excursiones y rutas. Situada en el norte de la comarca del Pallars Jussà, es un escenario sugerente en el que conviven armónicamente el agua, la montaña, la más variada vegetación y diferentes especies de animales. Empieza a 800 metros y el pueblo más alto es Capdella que se encuentra a 1420 metros de altitud y que cierra el conjunto de 19 núcleos rurales que conforman la Vall Fosca.
Ahora incluye un nuevo atractivo con esta reapertura de la fábrica, donde Pere Salomó, de la quinta generación de la fábrica de mantas de Senterada, todavía recuerda lo pequeño que jugaba con las máquinas y los hilos de la fábrica.
El taller se abastecía de lana de los rebaños de la comarca del Pallars Jussà y algunos del Pallars Sobirà. Pero la venta de lana ya hilada o las mantas ya confeccionadas llegaban más lejos. Salomó ha detallado que en la documentación que han encontrado en la fábrica habla de ventas a poblaciones como Artesa de Lleida o Lleida capital. Esta industria no sólo daba salida a la lana de los rebaños sino que también empleaba a una quincena de personas, según los documentos.
Ahora toda esta historia la dan a conocer con visitas guiadas. Angelina Vargas será la encargada de las visitas y junto con Summar Rasras harán demostraciones de tejer mantas con telares manuales, pero ya más modernos. Telares, hilos, bobinas, lana, madejas, husos, y mantas, entre otros; todo esto y mucho más se puede ver en la fábrica de mantas. El equipamiento está igual que cuando cerró hace unos cincuenta años. Vargas ha explicado que el principal objetivo de volver a abrir la puerta para recibir visitas es dar a conocer este patrimonio declarado Bien Cultural de Interés Local y recordar ese milenario oficio de tejer la lana, así como todo el proceso.