El viaje

Bajo la luz abrumadora de un sol que calienta todo el día un valle perfilado de este a oeste, la Cerdanya nos seduce con un carácter genuinamente pirenaico. Asentado en la solana en una atalaya sobre la llanura y el Segre, Prullans nos prepara para la Navidad ya durante el puente de la Purísima en una Feria del Belén que corona con la escenificación coral del Belén Viviente. El pueblo se vuelca en una representación que bajo el riguroso frío pirenaico nos prepara para el recogimiento.

Bellver es uno de los enclaves de esta cultura de montaña que queremos descubrir. Nos la deja admirar en la Romería de Talló del Lunes de Pascua, una cita anual de los bellverencs con la tradición de sus antepasados ​​a través de una danza de cortejo. Niños y niñas, chicos y chicas y también algunos adultos, en parejas atadas desde pequeños, danzan ante la Virgen de Talló una copla que se extiende como una letanía por toda la Cerdanya. Tenemos delante la esencia de Bellver bien visible. Por Carnaval, el pueblo abandona la solemnidad para desbocarse en el Carnaval tradicional con la salida a las calles de seres mitológicos que esparcen su espíritu ancestral. La villa reafirma su militancia con la cultura de montaña en la Feria de San Lorenzo, que cada 10 de agosto llena la plaza medieval porticada de productos agroalimentarios del territorio. Por un día las piedras del casco antiguo huelen a quesos, embutidos y todo tipo de productos hechos en la intimidad de los obradores de cada pueblo. En este ambiente de mercado histórico, Bellver nos regala el Festival Trama de músicas de montaña de Europa. La música que hermana a los pueblos llena plazas, calles y algún rincón del entorno natural en una semana para recordar. El mes de octubre, con la calma que el otoño devuelve al valle, Bellver se desvive en la Feria Ganadera y su concurso morfológico de vaca bruna de los Pirineos. Las familias más antiguas de la Cerdanya se concentran allí para retomar el aire histórico de la jerarquía ganadera. Revivimos la devoción por el ganado en las celebraciones de San Antonio de Bellver y Prullans. Los ceretanos de todas las edades desfilan con los mejores caballos para terminar en comidas de hermandad que son pura comunidad.

La Cerdanya de las tradiciones históricas se nos manifiesta también en el Baile de las Lavanderas de Riu, por la Fiesta Mayor de San Juan. Chicos y chicas del pueblo se enfrentan en el lavadero en una batalla de agua, canciones y danzas. Nos unimos a la danza en medio de una batalla de agua y risas que nos recuerda que en la Cerdanya el sol amplísimo y el agua del Segre son la clave de una tradición y forma de hacer que se mantienen desde tiempos inmemoriales.