PATRIMONIO INMATERIAL DEL PIRINEO Y LAS TIERRAS DE LLEIDA

EL SOLSONÈS

UN MUNDO DE TRADICIONES INTACTAS

Estamos en una comarca monumental de grandes atractivos históricos y naturales. Una tierra de vida propia con museos, palacios y edificios donde la historia se ha hecho un nombre y unos entornos de naturaleza de vértigo, con barrancos, valles en altura y torrentes. Una comarca donde la vida no ha estado siempre alrededor de los pueblos y la capital sino también en un catálogo infinito de masías dispersas por el territorio. Esta situación geográfica en el corazón del país a medio camino de todas partes y con un pie en los primeros contrafuertes del Pirineo la han dotado de un patrimonio inmaterial que está en la identidad misma de cada solsonense.

El viaje

El Solsonès nos invita a conocer una tierra rica en celebraciones que aquí se han traducido en un talante propio. La sociedad solsonense mantiene vertebradas las relaciones personales y asociativas con una red que resiste modos y globalizaciones. Solsonenses de aquí y de allá nos hacen descubrir los rincones de cada pueblo y parroquia de la mano de las corales y las danzas del ball pla, el baile del Rosario o el de los Cascabeles. Tradiciones que se han mantenido intactas con el paso de los años como un símbolo de la identidad local.

Los imprescindibles

Tonadillas de Pascua.

El Solsonès Patrimoni immaterial

El Carnaval de Solsona se merece un punto y aparte. Nos sumergimos en la ironía de la ciudad de Solsona, en sus vicios y en su desenfreno más desbocado para vivir una fiesta que no nos detiene hasta el Miércoles de Ceniza. La noche del sábado nos aporta una experiencia inigualable, dentro de la multitud que hace de las calles del casco antiguo un mar de cabezas que miran al cielo para ver despegar el burro. Los gigantes locos esparcen el reinado de la sátira por unos días y la ciudad solemne y señorial parece ser completamente otra.

Carnaval de Solsona.

El Solsonès Patrimoni immaterial

Los solsonenses vuelven a hacer suyas las calles por Corpus. Ahora en versión seria y distinguida, los gigantes, el obispo y los ballets convierten todo el centro y la plaza Mayor en un escenario de flores, música y alegría. La Rueda de Fuego de la noche anterior, el pasacalle de trabucaires, la procesión, la alfombra de flores y la tronada nos transportan a una Solsona medieval que se resiste a desaparecer. Por la Virgen del Claustro, a principios de septiembre, la capital vuelve a las calles para hacer la Fiesta Mayor, una celebración de origen remoto, estructurada a partir de secuencias rituales basadas en costumbres y manifestaciones simbólicas de carácter identitario, que ahora tiene una proyección nacional. Esta estructura hace de los solsonenses de hoy un fiel reflejo de sus antepasados. Por los mismos espacios donde lo hacían en el siglo XV, bailan todavía los gigantes, enanos, caballitos, el águila y el dragón, que salen a lucirse. Son estas unas fiestas con una sonoridad que va más allá de las partituras para remontar la historia de la comarca. Las músicas de los ballets de los gigantes de la Fiesta Mayor y del Carnaval de Solsona son de carácter popular y algunas nacieron muy probablemente de manera análoga a la figura que la ejecuta. Joan Roure arregló buena parte de estas piezas para que tuvieran una mayor sonoridad y se convirtieran en pleno siglo XXI en un viaje musical a la historia local. Solsona nos atrapa también con las fiestas pequeñas con que cada barrio celebra su patrón particular. Encuentros que hacen de los vecinos una familia y rompen el día a día para convertir las calles en carpas. Vivimos fiestas que fortalecen la comunidad. Disfrutamos de este viaje por el corazón de la capital con las fiestas de la calle Sant Llorenç, la plaza de Sant Joan, la calle y plaza de Sant Roc, la calle Sant Miquel o el barrio de Sant Ramon. Del mismo modo que en Solsona, por toda la comarca descubrimos fiestas y romerías que fijan una fecha en el calendario para el reencuentro de los vecinos. Disfrutamos aquí de la fiesta en su vertiente social más emotiva, con familias y amigos que, unidos, dan sentido a cada santuario, pueblo o vecindario. Hortoneda, Sant Just, Sant Ponç, La Coma i la Pedra, Guixers o Lladurs… Un calendario de reencuentros que se remonta en la historia y que ahora nos hace protagonistas para que las traspasemos a las siguientes generaciones.

Corpus de Solsona.

El Solsonès Patrimoni immaterial

Fiesta Mayor de Solsona.
Septiembre.

El Solsonès Patrimoni immaterial

Fiesta de los Tres Tombs de San Antonio de Solsona.

El Solsonès Patrimoni immaterial

Calendario de fiestas y romerías. Castellar de la Ribera, Clariana de Cardener, Hortoneda, Sant Just i Joval, Sant Ponç, La Coma i la Pedra, Guixers, Lladurs, Llena, Montpol, Timoneda, Torrents, Llobera, La Molsosa, Navès, Besora, Busa, Linya, Pegueroles, Selva, Tentellatge, Valldora, Odèn, Olius, Pinell, Pinós, Ardèvol, Matamargó, Sant Just d’Ardèvol, Vallmanya, Riner, Freixinet, El Miracle, Santa Susanna, Su, Sant Llorenç de Morunys.

El Solsonès Patrimoni immaterial

Los vecinos de la capital comarcal y también los de los pueblos y masías dispersas por el Solsonès nos hacen ver que los años de familias y linajes han dado a esta tierra una cultura secreta de rituales y creencias. En algunas parroquias todavía descubrimos bendiciones del pan y del término y el salpàs bendiciendo las casas por Ramos. Adivinamos que hay toda una cultura entre líneas. El Solsonès nos sorprende en este punto con un buen puñado de dialectos y expresiones orales. Así, nos configuramos un mapa lingüístico y vemos que en la parte de Odèn se habla como los de Oliana, en la Vall de Lord como los del Berguedà, que Solsona tiene su propio dialecto, y que en la parte sur de la comarca se habla como en el Bages o el Anoia. Aprendemos a distinguir el origen de cada solsonense mientras guardamos en nuestro diccionario particular palabras locales como trumfo, sinónimo de patata; trossar, de atar; voliac, de murciélago; mata-ruc, de solsonense, o Tate, para llamar a las chicas que se llaman Claustre. Todo un localismo para ir por el mundo con el orgullo de ser del Solsonès.

Catálogo de masías diseminadas en parroquias.

La comarca trabaja todo el año para mostrar a los vecinos y visitantes los oficios a los que se ha dedicado toda la vida. Las ferias nos ayudan a entender mejor este mundo que ya nos parece el Solsonès. Vemos por doquier faenar a cesteros, giganteros, trabucaires, cuchilleros, alpargateros y elaboradores de quesos y embutidos. La Feria de San Isidro de Solsona es el gran escaparate comarcal del sector agrícola que sustentó las economías domésticas durante generaciones. Ganado, maquinaria, utensilios, artesanía… un paseo por una manera de vivir que ahora vemos bien viva. Pero no tenemos suficiente y queremos conocer el territorio.

El calendario ferial de la comarca está lleno de citas que nos hacen descubrir los mejores rincones del mapa solsonense de la mano de sus ganaderos y agricultores. La Feria de Huevos de Yegua, es decir de calabazas, de Sant Llorenç de Morunys que se inspira en la leyenda de los ‘Tres sabios prudentes de los Piteus’ y nos regala un concurso de calabazas; la Feria de Santa Lucía de Navès, con un buen muestrario de productos agroalimentarios y artesanales; la Feria del Injerto de Llobera o la de San Ponce de Prades, que complementa el espacio ferial con un programa cultural paralelo que une las dos ramas del patrimonio inmaterial.

Las ferias nos proponen su formato cotidiano en los mercados semanales, donde, entre puesto y puesto, sabemos leer el talante más sincero de los vecinos. Los viernes lo encontramos en Solsona y los domingos en Sant Llorenç de Morunys. Nos percatamos de que no se trata tan solo de muestras del pasado, sino que, al mismo tiempo, lo son de trabajos bien vigentes en la economía local. Sabios de lo aprendido en las ferias, las fiestas y las romerías, visualizamos plenamente la comarca; su pasado, su gente y su economía ligada a la tierra. Nos sentimos parte de este Solsonès que ya nos regala los mejores recuerdos.

Feria de San Isidro de Solsona.

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Feria de Huevos de Yegua de Sant Llorenç de Morunys.
Octubre.

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Feria de Santa Lucía de Navès.
Diciembre.

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Feria del Injerto de Llobera.
Octubre.

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Feria de la Torregassa de Olius.
Septiembre.

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Feria de San Ponce de Prades.
Mayo.

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Feria de la patata y la trufa de Solsona.
Marzo.

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Feria de la Miel de El Miracle de Riner.
Marzo.

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Feria de la seta del Solsonès.
Octubre.

Feria del paño Piteu de Sant Llorenç de Morunys.
Julio.

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Feria del cazador de Solsona.
Mayo.

Mercado de la Patata y la Sal de Odèn.
Noviembre.

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Feria del Tió de Solsona.
Diciembre.

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