PATRIMONIO INMATERIAL DEL PIRINEO Y LAS TIERRAS DE LLEIDA
EL SEGRIÀ
RIQUEZA DE CONTRASTES
Estamos en una tierra de contrastes con tres grandes colores dominando el paisaje: el color pardo de la comarca yerma donde los agricultores nos muestran día a día el esfuerzo después de generaciones para hacer crecer en el secano olivos, viñedos, cereales o frutales; el verde de la comarca regada por el Segre y los canales de Urgell que nos regalan un viaje a la agricultura de los huertos y la exuberante fruta dulce, y el color vivo de la ciudad de Lleida, que como un gran epicentro se convierte en el corazón social y cultural de la demarcación. En esta paleta tricolor, el Segrià nos acoge con un patrimonio inmaterial ligado a las tradiciones agrícolas y el culto al territorio.
El viaje
El Segrià es tierra y trabajo, con el caudal generador del Segre y sus canales de Urgell, o sin. Y así nos lo enseñan los campesinos y campesinas de este paraíso conocido en el país como Ponent pero que es el centro de las emociones de los leridanos. Miremos donde miremos, el Segrià nos ofrece un espectáculo de hombres y mujeres dedicados a hacer rico este pequeño mundo de cultivos y granjas. Rico de este tesoro, Aitona nos invita a descubrir la contemplación de los árboles frutales estallando en un manto rosa infinito. En marzo, los campos alineados hasta el horizonte de frutales convierten el territorio en un gran mar de flores. El Fruiturisme nos enamora con una postal que recordaremos mucho tiempo. La naturaleza de Lleida nos presenta un segundo tesoro patrimonial con el catálogo de confluencias. Los puntos donde dos ríos se unen y forman en este mapa del Segrià escenas mágicas de vida inigualables. Entre los términos de Corbins y Vilanova de la Barca, el Segre y el Noguera Ribagorçana se unen en un movimiento suave y delicado que nos parece todo un prodigio. Admiramos atónitos cómo dos mundos se convierten en uno solo en silencio, como quien no quiere la cosa. Aguas abajo, en los términos de La Granja d’Escarp, Massalcoreig y Mequinenza, un Segre orgulloso del caudal ganado se une también con el Cinca, y finalmente en Almatret, en los límites comarcales, el Ebro impone su ley en una nueva confluencia lenta y muda que nos hipnotiza. Abrumados por la simplicidad de esta belleza natural completamos el aprendizaje paisajístico en espacios de gran riqueza en flora y fauna como las reservas de Utxesa, Mas de Melons, los humedales de Rufea o el Clot de la Unilla, lagunas que como oasis se han convertido en referencias para las aves migratorias en su doble viaje anual. Escondidos detrás de puntos de vigilancia, nos imaginamos exploradores.
Los imprescindibles
Fruiturisme en Aitona. Rutas entre los frutales.
Mes de marzo.
Confluencias. Segre con Noguera Ribagorçana en Corbins y Vilanova de la Barca. Segre con Cinca en La Granja d’Escarp, Massalcoreig y Mequinenza.
Reservas Naturales de flora y fauna. Utxesa, Mas de Melons, humedales de Rufea, Clot de la Unilla.
Almacelles nos merece una etapa en este viaje al Segrià de Patrimonio Inmaterial. Observamos que las calles están racionalmente dispuestas como una retícula cuadriculada. Descubrimos que el núcleo urbano fue diseñado en el siglo XVIII durante la época de la Ilustración y que esto ha convertido Almacelles en un ejemplo de trama urbana planificada única en el país. De esta virtud extraordinaria, el pueblo la ha vuelto centro del debate urbanístico sobre el diseño de las ciudades. La visita al Museo de Arquitectura y Urbanismo Josep Mas Dordal nos da las herramientas para afrontar esta reflexión apasionante. Como contrapunto a este patrimonio arquitectónico, Torrebesses nos propone una mirada a la sencillez de la piedra seca. El pueblo ha recogido el extenso catálogo local de construcciones del término, con paredes de márgenes, cabañas o aljibes para maravillarnos con el equilibrio eterno de las piedras bien puestas. Una lección de paciencia y técnica que los agricultores del Segrià han transmitido de padres a hijos hasta hoy para que las admiremos escondidas por el territorio.
Diseño urbanístico de la Ilustración. Almacelles.
Museo de Arquitectura y Urbanismo Josep Mas Dordal.
Segrià Seco. Técnica de construcción de la piedra seca.
Torrebesses.
El vínculo entre el pueblo y la tierra en el Segrià es ancestral y así lo percibimos en las fiestas populares. Por la Fiesta Mayor de Santa Quiteria, en Corbins vivimos una celebración donde las chicas son las protagonistas. Una comitiva femenina en representación de las fuerzas vivas del pueblo desfila con una torta en la cabeza que bajo la denominación de ‘pan’ se reparte después de ser bendecida en la iglesia. El pueblo sale a la calle a afianzar cada año su compromiso con la tradición de honrar a la patrona. La comarca sabe reconocer el valor de la historia y así lo rememora en fiestas que son un homenaje a los linajes que la han conservado. En Puigverd de Lleida los vecinos se unen cada año para representar la leyenda de San Jorge. La representación reencuentra familias y amigos en una escenificación llena de emoción que nos muestra el valor de la comunidad. En Almenar también hacemos todo un viaje en el tiempo con el Mercado Medieval que cada año conmemora la concesión de la carta de población por parte del conde Ramon Berenguer IV. El pueblo se llena de escenificaciones, artesanos y comidas que nos hacen revivir la historia como una fiesta. Con este ambiente de alegría por la mesa compartida y la receta tradicional, viajamos hasta Alpicat para vivir la devoción por los platos maternos con la Fiesta de la Catxipanda, en la que las peñas del pueblo preparan y saborean este plato del recetario local hecho con tesoros de la tierra tales como conejo, caracoles, cerdo, pimiento, tomate, berenjena y cebolla. Aprendemos que este es el sabor del pueblo.
Fiesta Mayor de Santa Quiteria de Corbins. Procesión de los panes bendecidos.
22 de mayo.
Fiesta Medieval. Almenar.
Junio.
Alpicat. Fiesta de la Catxipanda.
Septiembre.
Puestos a degustar los platos de la tierra, la ciudad de Lleida nos seduce con un Aplec del Caracol que es toda una declaración de amor a esta joya gastronómica que se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad, la comarca y la demarcación. En la reunión cada peña se esfuerza en preparar los caracoles con su toque particular y secreto que hace de cada receta una referencia imprescindible. Nunca un plato nos había unido tanto a un territorio. Las sartenes y cacerolas, su humear al sol, la orilla del Segre, los Camps Elisis, los colores de las comparsas, la música y las actuaciones… todo huele a Lleida. Ciento por ciento.
Lleida. Aplec del Caracol.
Mayo.
La fiesta en el Segrià también nos reserva una etapa nocturna. En Artesa de Lleida recorremos la tradición del fuego de esta tierra en el Festival de encendidos del bestiario de fuego, que aglutina en el pueblo figuras y grupos de todas partes dispuestos a convertir las calles en infiernos. Una aventura que vivimos con emoción descubriendo los rincones del pueblo. Fiesta a fiesta, jornada tras jornada en los cultivos, el Segrià nos seduce con su patrimonio inmaterial que es a la vez el alma de su identidad ligada a la tierra.
Artesa de Lleida. Festival de encendidos del bestiario de fuego.
Julio.
Puigverd de Lleida. Representación de la leyenda de San Jorge.