Les Garrigues son el epicentro del aceite de Cataluña. La tierra de donde surgió la arbequina que ha conquistado a los gourmets de todo el mundo, gracias a unas propiedades organolépticas y culinarias excepcionales, y que impulsó la primera denominación de origen de aceite de oliva del Estado, la DOP Garrigues. Una denominación nacida para garantizar a los consumidores el origen y la calidad de los aceites de oliva virgen extra de arbequina. Son los pioneros.

El Segrià presume de un paisaje genuinamente rural, al que han dado forma los payeses a fuerza de jornales, cultivando olivos y elevando pacientemente construcciones de piedra seca, presentes por todo el territorio leridano y reconocidas mundialmente por la UNESCO.

La Noguera es una comarca extensa y diversa, atractiva y antigua, en la que el olivo ha jugado un trascendental papel como modelador del paisaje. Camino del Pirineo, con la agricultura haciendo equilibrios en una naturaleza salvaje e imponente que invita a observarla tanto de día como de noche, y con un cielo considerado “el mejor cielo de Cataluña”.

El Pirineo siempre resulta evocador, y comarcas como la del Pallars Jussà se asocian fácilmente a mil y una imágenes sugerentes, El Pirineo siempre resulta evocador, y comarcas como la del Pallars Jussà se asocian fácilmente a mil y una imágenes sugerentes, que a menudo nos hacen olvidar que buena parte del Pirineo históricamente ha sido, y todavía es, una montaña cultivada, agrícola y humanizada.

La comarca del Urgell pertenece a La Ruta del Cister, legado de arquitectura gótica en Cataluña y época en que el aceite de oliva ya era un producto de primera necesidad, un codiciado elixir dorado, que ha modelado paisajes de una belleza equilibrada.